16 excusas inservibles para evitar pensar en la jubilación

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Uno de cada cuatro españoles tiene contratado un plan de pensiones, un ahorro privado y voluntario, que complementa al sistema de pensiones público.

De esta manera, al alcanzar la edad de jubilación o sufrir una incapacidad a raíz de un accidente o una enfermedad, el plan se activa para proteger al titular y a su familia llegado el caso.

¿Cuándo es el mejor momento para pensar en diseñarlo?

Los expertos indican que es mejor hacerlo antes de cumplir los 45 años. Eso es lo que se refleja en el Informe Naranja sobre jubilación de ING Direct o en el trabajo de investigación del Instituto Aviva, un grupo especializado en el ahorro a largo plazo.

Ovb - Asesoramiento FinancieroDe acuerdo con el mencionado informe de ING, las razones por la que los españoles deciden contratar uno de estos planes han sido el asegurarse una pensión en el futuro (32%), por seguir la recomendación de un conocido o familiar (18%), por la necesidad de ahorrar (16%) y por la posibilidad de obtener beneficios fiscales (15%). Además, otro 9% tienen ese plan ligado a su hipoteca. Pero ¿por qué hay tres de cada cuatro personas que no se lo han planteado?

Fintonic ha realizado una selección de las 16 excusas clásicas que esgrimen quienes no quieren plantearse su jubilación:

  1. «Soy muy joven para pensar en eso». Es la excusa favorita entre los menores de 35-40 años. Ahorrar para la jubilación cuando aún quedan décadas puede parecer engorroso. Sin embargo, los expertos tienen claro que cuanto antes se empiece a pensar en ello (y ahorrar), mejor. Un buen paso para empezar es dedicar el 10% de los ingresos a estas fórmulas en la treintena, un porcentaje que puede ir subiendo según se acerca la edad madura. Si se espera a los 40 ó 50 años para empezar a destinar dinero a la jubilación, ese porcentaje ‘aconsejable’ puede multiplicarse por dos o tres.
  2. «Soy demasiado mayor para contratar un plan». Éste es el reverso de la excusa anterior. Aunque los expertos indiquen que la ‘línea roja’ para contratar un buen plan son los 45 años, nunca es demasiado tarde para pensar en la jubilación. En torno a los 50 años debería ser más fácil poder dedicar una cantidad mayor de ingresos a un plan de pensiones, para ‘compensar’ de alguna manera los años perdidos.
  3. «Mi empresa no me ofrece un plan de pensiones». Muchas empresas diseñan fondos para sus empleados, llamados planes de empleo, en los que las aportaciones las puede hacer el titular (de forma obligatoria o voluntaria) o la empresa en favor de su trabajador en lo que se denominan contribuciones empresariales. Ante la duda, es mejor preguntar si existe esa posibilidad; si no la hay, es necesario ser responsable de lo que sucederá en tu jubilación.
  4. «Me cubren en mi empresa». Pero ¿Qué pasaría si el plan que ofrece la empresa es insuficiente? ¿Y si la compañía cierra y no puede garantizar ese plan? Es por eso que los expertos aconsejan complementar esos planes ‘de empresa’ con otros a título personal: si los dos funcionan bien, estaremos muy bien cubiertos, y si uno de ellos falla, tendremos la seguridad de un plan B.
  5. «No tengo dinero». Lo que esconde esta frase es una falta de compromiso, pero nadie dijo que ser ahorrador fuera fácil, y tampoco lo es colocar una futura jubilación entre las prioridades cuando se percibe como algo lejano. Incluso con ingresos relativamente bajos se puede ahorrar, aunque sea en un pequeño margen.
  6. «No puedo pensar en eso ahora mismo». Nunca encontraremos el mejor momento para comenzar a ahorrar para la jubilación, pero ese instante idóneo es ahora.
  7. «Invertir en eso me parece muy arriesgado». Casos como el de las preferentes, en las que cientos de ahorradores pusieron su dinero en juego, pueden paralizar ante la posibilidad de invertir. Sin embargo, el mayor riesgo es no hacer nada con los ahorros.
  8. «Pienso heredar, no me hace falta estar ahorrando». Confiar el futuro a una posible herencia (dinero, una casa, etc.) denota cierta ingenuidad. Existen variables que pueden hacer que una herencia se tuerza.
  9. «Mi negocio va muy bien, no hace falta ponerse a pensar en ahorrar ahora». Es necesario tener un plan B. La posibilidad de fracasar siempre es latente, se debe ser previsor.
  10. «¿Para qué voy a ahorrar, si ya tengo mi casa pagada». El haberse quitado de encima un gasto considerable, como es la compra de una casa no es sinónimo de vivir plácidamente. Por ello, la diversificación es una de las estrategias más efectivas a la hora de invertir, especialmente de cara al futuro.
  11. «Tengo demasiadas deudas para meterme en eso». Ninguna decisión financiera tiene por qué convertirse en un lastre de por vida. Aquí es donde entra la necesidad de ordenar los números y ser conscientes de la deuda, a quién y cómo lo estamos pagando. Una parte de los ingresos se tienen que reservar para acabar con las deudas y los intereses que generan. Lo preferible es intentar liquidar esa cantidad en períodos lo más breves posible -lo mejor es pensar en márgenes de 3, 6 o 12 meses– y ser consciente de las posibilidades de gasto hasta saldar la deuda. La jubilación es la inversión más importante y no es incompatible con satisfacer las deudas en curso.
  12. «No me voy a retirar, trabajaré hasta mi último momento». Llegará un momento en el que no será posible trabajar y un plan de jubilación bien financiado será la solución.
  13. «No tengo ni idea de cómo se invierte». Ante ello, la mejor opción puede ser acogerse a un fondo de inversión, que puede dar acceso a una variedad de acciones, bonos y valores interesantes.
  14. «No tengo disciplina suficiente para ahorrar para esto». No se trata de disciplina, sino de tomar una decisión sobre cuándo contratar el plan y con cuánto se va a contribuir.
  15. «Es imposible ahorrar con esta crisis». Una de las mejores formas de crear certidumbre a nivel financiero es un plan de pensiones.
  16. «Sólo se vive una vez». ¿Por qué la felicidad debería estar reñida con el ahorro, el pensar en el futuro? El respaldo de un depósito financiero hace la vida más sencilla, y precisamente en la jubilación es cuando se puede dedicar más tiempo a disfrutar.

Superadas las excusas, la pregunta es ¿Cuánto hay que aportar a un plan de pensiones?. La respuesta sería que lo máximo que se pueda según la circunstancia de cada uno. Pero ¿cómo saber cuánto puedes permitir? La app de Fintonic te muestra cuáles son los ingresos y gastos organizados en categorías, viendo al instante cuánto te queda para invertir en tu plan de pensiones.

 

Fuente Expansión

Ovb – Asesoramiento Financiero

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